Tarta mágica
La tarta mágica es una receta de origen rumano sorprendente y riquísima de la mano de @derechupete. De un sola masa salen tres capas distintas, 1 de puding, otra de flan y otra de bizcocho. Es muy sencillo pero hay que seguir los pasos al pie de la letra para que surja la magia…
Ingredientes:
– 120 gr harina trigo
– 500 gr leche entera
– 120 gr mantequilla
– 4 huevos L
– 5 gr sal
– 140 gr azúcar
– 1 cucharadita de esencia vainilla
– 1 cucharadita de zumo de limón
– Azúcar glass para decorar
Todos los ingredientes deben estar a temperatura ambiente para que la tarta mágica salga perfecta.
¿Cómo preparamos la tarta mágica?
En primer lugar, separamos las claras de las yemas de los huevos, las ponemos en un bol grande con una pizca de sal y las montamos a punto de nieve (empezamos a batir a velocidad lenta y cuando estén espumosas vamos aumentando la velocidad). Reservamos a temperatura ambiente tapadas con un trapo.
En otro bol grande, batimos las yemas con el azúcar hasta que blanqueen. Más tarde, añadimos la esencia de vainilla y la mantequilla y batimos todo. Justo después, agregamos la leche y la harina tamizada., intercalando los dos ingredientes en pequeñas cantidades y seguimos removiendo a la mínima velocidad. (Primero un poco de leche y batimos, una vez integrada, un poco de harina y batimos, cuando esté integrada, repetimos hasta que terminemos ambos ingredientes)
A continuación, incorporamos las claras montadas en dos veces, pero sin llegar a integrarlas del todo (este es el secreto de las distintas capas). Hay que obtener una masa grumosa.
Es muy importante también el molde, cuadrado de 20 x 20 cm o redondo de 20 cm. Lo forramos con papel de horno, vertemos la masa y la cocinamos 10 minutos en el horno precalentado a 180 grados, arriba y abajo. Después, bajamos la temperatura a 160 grados, durante 40 minutos. Por último, pinchamos con un palillo para saber si está bien hecho y si no sale limpio, dejamos 5 o 10 minutos más.
Tenemos que tener mucho cuidado al desmoldarlo, hay que dejarlo enfriar completamente o incluso dejarlo en la nevera hasta el día siguiente, y luego espolvorear con azúcar glass.
¡A disfrutar!
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